Como ya decíamos en nuestro artículo sobre los partidos clave, es muy común ante citas importantes, pensar que es el momento de hacer cosas diferentes para preparar la gran cita.

Aunque ya hablábamos de los errores comunes, nos dejamos fuera uno realmente importante… los famosos en el mundo entero “Vídeos motivacionales”. Porque, es imprescindible tener motivado al equipo, ¿verdad?, y, además, cuanto más: mejor, ¿verdad?

La motivación es el término más maltratado y confundido de la psicología deportiva, sin duda. Se utiliza para todo, siendo el chivo expiatorio de los males de un equipo, o la tabla de salvación cuando las cosas van funcionando. Para ver si realmente todo es motivación, recordemos una definición quizá extremadamente básica, pero que ahora nos sirve: La motivación es la fuerza que vas a emplear en llegar al objetivo que te has planteado.

Fuerza y objetivo, son los elementos básicos de cualquier motivación. Con un video, dudo que pongamos un objetivo al deportista, para eso están las explicaciones técnicas, instrucciones y roles indicados por el cuerpo técnico, y por supuesto, las metas de cada deportista individual. Entonces, ¿es la fuerza la que necesitamos? Tampoco… Los jugadores, aunque quizá nerviosos y dubitativos, seguro que están con ganas de jugar y vivir la experiencia. De hecho, si algún jugador no tiene esa fuerza por jugar, entonces es un problema grave, que seguro que con un vídeo no se soluciona.

Entonces… ¿qué hace un video pre partido? Conseguiremos tocar dos cosas en la mente del deportista:

  • Aumentar el nivel de activación, es decir, el ímpetu, la intensidad física, la velocidad mental. Puede parecer que “cuanto más: mejor”, pero todos conocemos a jugadores que, cuando se pasan de rosca, se convierten en una bomba a punto de explotar. De hecho, a veces explotan, y comienzan a precipitarse y a equivocarse.

El problema en esta dirección con el vídeo, es que se proyecta para todos. Hay jugadores que antes del partido sí necesitan esa subida de activación para conseguir su MÁXIMO RENDIMIENTO, pero también estará el jugador que, cuando se pasa de vueltas, la lía. Entrenadores: no sabéis cuánto va a subir la activación, ni de quién… ¿de verdad queréis hacer una acción sin saber qué resultados obtendréis, siendo muchos de ellos contraproducentes para los jugadores?

  • Aumentar la autoconfianza de los jugadores, es decir, la confianza que tienen en sus propias habilidades. Esta parte es maravillosa, y sí seguimos la filosofía de “cuanto más, mejor” ¿verdad?

Efectivamente este efecto es muy bueno, y ayudará a que el jugador consiga sacar su MÁXIMO RENDIMIENTO. Sin embargo, para que ocurra, tenemos que cumplir con una condición indispensable: No vale poner “Gladiator” ni highligts de la NBA, el jugador ha de verse a sí mismo en el vídeo, haciendo bien aquellas acciones que se les da bien, y además serán importantes para el partido en cuestión. Todo ello sin perder la estética ni la épica del vídeo.

Entrenadores: ¿merece la pena el trabajo que supone hacer un vídeo personalizado, en el que aparezcan las acciones que queremos que cada jugador realice en el partido, teniendo en cuenta que vamos a “pasar de rosca” a la mitad del equipo por el tema de la activación?

Además, algo que aún no hemos contado… No hay que perder la perspectiva, en el partido ocurren muchas cosas, el efecto del vídeo (positivo o negativo), sólo es válido para los primeros minutos de juego, luego su efecto desaparece con todo lo que va ocurriendo.

Normalmente en los artículos de nuestro blog dejamos alguna pauta para que podáis añadir a vuestro día a día, pero esta vez, dada la complejidad de esta maltratada herramienta, y que es fácil equivocarse con ella, nuestra recomendación es: dejad que un psicólogo deportivo os asesore individualmente para hacer dicho vídeo.