Soy entrenador de cantera, tengo un buen equipo, la verdad es que han mejorado mucho desde que comenzamos allá por finales de agosto. Como entrenador, estoy especialmente orgulloso de ese jugador o jugadora que al principio no sabía casi hacer cosas, y ahora ha pegado un salto de calidad, ese partido de hace unas semanas donde tuvimos esos momentos brillantes, o ese otro partido en el que supimos darle la vuelta al marcador confiando en nuestro juego. Ha llegado el momento. Nos enfrentamos este fin de semana a nuestro rival directo, ese partido que define una temporada, esos nervios acumulados durante meses comienzan a salir a la luz, es nuestra final. Ha llegado el momento, hay que darlo todo.

Seguro que os habéis visto en esa situación en más de una ocasión, y es tiempo de hacer las cosas diferentes, esa semana ha de cambiar algo, ya que el reto y la dificultad de nuestra final son más altos de lo que estamos acostumbrados.

Es momento de cambiar cosas en el entrenamiento, preparar algo nuevo. Entrenadores reunidos con mil ideas, y se decide, por ejemplo, que se va a preparar una estrategia nueva, se van a reunir 30min después de cada entrenamiento para “hablar”, sesiones de vídeo del rival en los que se ve lo buenos que son, sesiones de vídeos propios en los que se ve cuánto nos queda por mejorar, o ejercicios de entrenamiento nuevos para dar ese extra que, creemos, nos hace falta para el fin de semana.

Si hasta aquí no os ha chirriado algo de lo anterior… ¡ERROR! ¡Nada ha de cambiar!

Es demasiado común ver todas las acciones anteriores, o al menos la filosofía de que, como es un partido “diferente”, el planteamiento del mismo también ha de serlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa muy importante: el deporte es el mismo. Por mucho que sea una cita clave, probablemente con rivales difíciles, no hay normas diferentes, es el mismo juego al que tantas horas le habéis echado. Muchas horas consiguiendo ese estilo de juego colectivo, ese talento individual tan bien pulido, y ese espíritu de equipo que tanta falta hace.

Nuestro objetivo ha de ser el mismo que siempre: conseguir el MÁXIMO RENDIMIENTO individual y colectivo, pero sin hacer magia. Si hemos llegado a este momento con opciones (muchas o pocas, pero opciones), ha sido gracias al trabajo de toda la temporada, y sería un grave error querer cambiarlo todo, ya que no sabemos lo que nos vamos a encontrar. En vez de hacer cosas raras, es el mejor momento para potenciar lo que ya hay, no cambiar nada, sólo recordar de lo que somos capaces.

Para ello, os planteamos la siguiente actividad para el primer día de entrenamiento de la semana antes de la gran cita, sólo necesitáis 30min todo el equipo sentado en círculo, con una cartulina dividida en dos columnas, mejor antes del entrenamiento a ser posible:

  • Comenzar el entrenador hablando del partido del fin de semana, preguntando impresiones para valorar cómo lo ve el equipo. ¿Es posible?
  • Recalcar cuando se de en la clave: es posible hacer grandes cosas… Pero, ¿cómo?
  • Ir preguntando PUNTOS FUERTES del equipo, e ir apuntándolos en la cartulina. En la primera columna aspectos colectivos, y en la segunda aspectos individuales (ha de haber 1-2 mínimo por miembro del equipo)

Al terminar, ir a entrenar, y el día de partido, recordar punto por punto de la cartulina. Es eso lo que hará que se gane o se haga una gran actuación en el partido. Nunca cosas raras, no hace falta “hacer magia” ni cambiar nuestra esencia, sólo sacar lo que ya tenemos, todo lo trabajado, todas las armas afiladas en búsqueda de lo más importante en nuestro deporte: el MÁXIMO RENDIMIENTO